Las interpretaciones son solo una visión sesgada de la realidad. No es la experiencia en si misma, tal y como la has vivido. Cuando interpretas lo haces desde ideas, criterios y principios que hemos creado o bien heredado de nuestra educación, nuestras culturas, religiones y familias.

Cuando interpretas dejas de ser dueño/a de tus vivencias y eres presa fácil de la actividad imparable de tu propia mente. De esta forma te pierdes la experiencia real y quedas sujeto a juicios, criterios de valor y clasificaciones simples en las que etiquetas rápidamente lo vivido como agradable o desagradable.

Por ello, una habilidad imprescindible para mantener la atención plena en la vida cotidiana es poder distinguir entre nuestras experiencias y nuestras interpretaciones.

La experiencia es sencillamente lo que esta ocurriendo, lo que está sucediendo en este momento: un sonido, un momento de calma, un olor, un sabor, un dolor, una inquietud.

La interpretación de la experiencia es todo lo que te cuentas, toda la historia que te cuentas en relación a un hecho, creyendo que de esa manera estas más presente. Pero, paradójicamente, es esa la actitud que te aleja de la presencia plena.

Si quieres vivir de forma atenta y sentir la vida tienes que cultivar la habilidad de vivir tus experiencias sin interpretar hechos y reacciones.

Recuerda, si tu mente está interpretando, no puedes estar viviendo la experiencia porque tú no puedes estar en dos sitios a la vez. Si estas pensando, interpretando la experiencia, te sales del presente y tu mente te proyecta hacia otros paisajes, recuerdos, preocupaciones, memorias. Te saca del presente y te lleva a otro lugar.

Una de las principales razones de porqué tenemos esa tendencia de caer en ese estado, es que nuestra mente es por naturaleza compulsiva y necesita controlar todo lo que pasa. Es por eso que da vueltas y vueltas a todo aquello que percibe, sea un olor, una palabra, un hecho y termina sustituyendo la experiencia verdadera por una interpretación de la realidad.

Este intento de controlar todo, nos supone el riesgo de no vivir lo que estamos viviendo…y la vida se nos presenta como vacía y falta de sensaciones.

Aprender a controlar la mente para que no te secuestre y te impida vivir con plenitud todo lo que la vida te ofrece, comienza por conocer Los Secretos de la Respiración. La respiración es tu gran aliada para detener la rumiación mental y calmar la ansiedad mental que tanto malestar produce.

Si conoces a tu gran aliada, la respiración y sabes como utilizarla, entonces descubres como tu mente se calma cuando sabes llevar tu atención a tu respiración y a tu cuerpo.

Para ayudarnos hemos creado el Retiro Urbano de los Secretos de la Respiración en donde podrás, bien dar tus primeros pasos o bien profundizar en el camino que ya hayas emprendido.

Un saludo.

Nacho Montero-Rios Gil

nacho@nachomonterorios.com